La Garita – Puriscal
Nota: Esta ruta quedó cortada después de la apertura de la ruta 27 a Caldera, aunado a esto, el puente sobre el río Virilla fue destruido por una crecida.
Da inicio esta ruta al desviarse de la carretera principal a Atenas en la escuela de La Garita (km 0; 674 msnm) con rumbo sur, es un recorrido no muy utilizado, pero por ser transversal a las principales vías de la zona, y tener un puente que cruza el cañón del Virilla se transforma en oportuna ruta alterna para ocasiones de emergencia.
Los primeros kilómetros son por zona de hermosas quintas lujosas, en su mayoría con orillas de calle muy bien arregladitas, dando la sensación de transitar por un largo jardín, infinidad de árboles de mango, malinche y copey entre otros, hacen del sector muy fresco y acogedor; la calle de asfalto muy bien construida y con excelente demarcación. Cabe mencionar que este sector tendrá cambios notorios de vialidad en el corto plazo, pues por aquí pasará la carretera San José – Caldera, en el tramo que busca hacia el puente del Río Grande, que ya fue terminado, y está a la espera del inicio del resto de las obras.
Luego de un pequeño descenso la calle topa con la línea del tren (km 4; 638 msnm), otrora principal vía regional, aún se mantienen las instalaciones que sirvieron de estación y bodegas al añorado F.E. al P. (Ferrocarril Eléctrico al Pacífico), como nostálgica referencia de tiempos idos; pocos metros después está Turrúcares, principal centro urbano de esta parte del Virilla. De Turrúcares salen tres vías:
- hacia el este la que comunica con Siquiares, Ciruelas y La Guácima, esta ruta está en buen estado y se utiliza cuando hay atascamientos serios en la Bernardo Soto (entre el aeropuerto y Manolos)
- hacia el oeste la que llega a Cebadilla y la planta hidroeléctrica La Garita.
- hacia el sur nuestra ruta que nos llevará hasta Puriscal.
No más saliendo de Turrúcares el panorama cambia, la calle aunque asfaltada presenta cierto nivel de deterioro con múltiples bacheos que golpean el vehículo, las propiedades dejan de ser quintas y se convierten en acogedoras casas campesinas al mejor estilo criollo, en su mayoría con potreros dedicados a ganadería.
Comienza un fuerte descenso que termina en el río Tizate, donde una granja avícola de mediano tamaño sirve de referencia (km 6), para el ingreso a San Miguel (km 7; 550 msnm) donde sobresalen Iglesia, plaza y escuela; precisamente en la Iglesia se acaba el asfalto, y aparece hacia la izquierda (sur) un camino lastrado de no muy buena apariencia, sin embargo la vía mejora luego de los primeros doscientos metros, y aunque sigue de tierra y lastre, está en buen estado, se nota que lo raspan a menudo por lo que no es necesario la doble tracción, no es conveniente la circulación de vehículos muy bajos pues algunas de las pendientes pronunciadas tienen cárcavas y piedras donde podrían golpearse.
En esta parte el camino es sombreado por grandes árboles ubicados como cerca natural de potreros ganaderos, en ninguna de estas suaves ondulaciones el paisaje es amplio, por lo denso de los árboles, que dan la sensación de viajar por parajes solitarios, la calle tiene algunos tramos de piedra más expuesta, pero nada que impida el tránsito, aquí comienza (km 9) el descenso más pronunciado hacia el cañón del Virilla, y se aprecian a lo lejos las lomas del otro margen, en los cantones josefinos de Mora y Puriscal.
Siempre bajando aparece un cruce sin ningún tipo de señalización, cuya única referencia es un rótulo pequeño indicando a la derecha la ruta hacia «Granja Tío Pepe», esa es la dirección que debemos tomar, siempre descendiendo; al llegar a la granja mencionada (km 10) el camino se descompone, pero aún así se aprecia que hace poco fue «raspado» por maquinaria de mantenimiento. Poco después hay dos pequeños puentes de concreto con sendas placas que dicen «Administración Cortés 1936-1940», lo que sin lugar a dudas es un recordatorio de lo importante que era este sector en la época, debido al potencial hidroeléctrico para alimentar el F.E. al P. de hecho don León Cortés Castro siempre es mencionado como «el presidente del ferrocarril».
De pronto se llega a dos curvas muy cerradas ubicadas en fortísima pendiente que da acceso inmediato al puente sobre el río Virilla (km 11; 420 msnm), es una estructura de metal tipo «Bailey», en excelente estado y con piso de tablones nuevos bien montados, sobresale un gran rótulo del I.C.E. que indica «Peligro crecidas del río por descargas de la presa», refiriéndose a la cercana presa Nuestro Amo que alimenta la planta eléctrica Ventanas, ubicada sólo dos kilómetros río arriba.
Observar el Virilla en este sector transmite amarga sensación, pues en un hermoso cañón de piedra con sus paredes totalmente cubiertas de vegetación, lo que corre en el cauce es una «acequia a cielo abierto», aguas chocolatosas llenas de espuma, que hace mucho dejaron de ser un río vivo y hoy sirven de descarga para las aguas negras e industriales del Valle Central.
No más al pasar el puente se ingresa a la provincia de San José en un pronunciado ascenso cuyo camino tiene buen mantenimiento (siempre de lastre y tierra), mientras subimos se aprecian a la derecha las lomas por las cuales veníamos bajando. En la parte alta (km 12; 500 msnm) está otro cruce sin ningún tipo de señalización indicadora de la ruta, se debe tomar a la derecha (para abajo), pues el otro lleva hacia Hda. El Rodeo, sede de la Universidad para la Paz; al final de un corto descenso llegamos a otro puente de metal en excelente estado (km 13; 440 msnm), pintado de un característico color verde, este puente sirve de paso sobre el río Jaris, después del puente hay en un fuerte ascenso que remata en un cruce en «T» el cual también carece de señalización, la diferencia en este lugar la da una pulpería donde podremos tomar un refresco y descansar un poco. En el citado cruce la calle de la izquierda lleva hacia Tinamaste y San Antonio, nosotros viramos a la derecha sobre calle de tierra firme y bien raspada ingresando inmediatamente a Piedras Negras donde destacan su Iglesia, plaza y un teléfono público.
En Piedras Negras hay fincas con cultivos de cítricos y mango, además de aquí se aprecian muy cerca los cerros por donde baja la calle que va de Puriscal a Turrubares; luego de otro pequeño descenso está un tercer puente de metal y madera que cruza el río Picagres, de cauce amplio este río es el desaguadero del sector puriscaleño, a partir de aquí comienza un fuerte ascenso, por camino de lastre que permite circular rápido y remata en Picagres (km 18; 520 msnm) donde otro cruce «T» obliga virar a la izquierda, para iniciar un empinado ascenso de lastre, hasta llegar al cruce de Llano Grande (km 20; 690 msnm), donde a «puro instinto» viramos hacia la izquierda a un sector con varias quebradas, luego de una de las cuales aparece el asfalto, como diciendo que el final del recorrido ya está cercano.
Tras un corto tramo donde el lastre apareció de nuevo llegamos a Desamparaditos (km 22; 780 msnm) aquí la Iglesia tiene una curiosa estructura de metal pintada de color verde en cuya parte alta (cuatro pisos) están reloj y campanario, en Desamparaditos (cuyo centro urbano está asfaltado) viramos a la derecha, en fuerte ascenso de lastre que nos hará circular por los caseríos de Zapote y Cirrí (km 26; 980 msnm), con una excelente vista hacia el Valle Central; en Cirrí se retoma de nuevo el asfalto, en un punto desde donde se aprecian por primera vez (a lo alto) las torres de la Iglesia vieja de Santiago de Puriscal.
El ascenso continúa siempre en asfalto hasta la zona urbana de Santiago, para luego de varias cuadras llegar al Parque Central (km 29; 1102 msnm) y terminar esta ruta que en condiciones normales se hace en 50 minutos; de Santiago salen diferentes carreteras siendo las principales las que llevan a San José, Turrubares y Parrita.
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