Alicia para niños

Capítulo 7 – LA ORUGA AZUL


¡TE gustaría saber lo que pasó a Alicia después que se alejó del Cachorro? La verdad es que era un animal demasiado grande, ¿no lo crees?, para jugar con ella. (Seguro que a ti no te gustaría mucho jugar con un hipopótamo joven ¿verdad? ¡Estarías pensando todo el tiempo que te iba a dejar como una tortilla con esos pies enormes y pesados!). Así que se marchó corriendo mientras él estaba distraído.

Bueno, pues estuvo andando sin rumbo, y no sabía qué podía hacer para volver otra vez a su tamaño normal. Naturalmente, sabía que tendría que comer o beber algo: ya sabemos que ese era el sistema habitual, ¿lo recuerdas?, pero no se le ocurría qué hacer.

Sin embargo, pronto se encontró ante una gran seta, tan alta que para ver la parte de arriba tuvo que ponerse de puntillas. ¿Y qué crees que vio? ¡Una cosa con la que estoy seguro que tú no has hablado en toda tu vida! Era una gran Oruga Azul.

En seguida te contaré lo que hablaron Alicia y la Oruga; pero primero vamos a mirar bien el dibujo.

Alicia para niños

Ese extraño aparato que hay delante de la Oruga es un «narguile», y sirve para fumar. El humo sale por ese tubo largo que se enrolla como una serpiente.

¿Ves la nariz alargada y la barbilla de la Oruga? Vamos, parece que son la barbilla y la nariz ¿verdad? Pues en realidad son dos de sus patas. Ya sabes que las orugas tienen muchísimas patas. Un poco más abajo puedes ver algunas más.

¡A las orugas debe parecerles una pesadez tener que contar tantas patas todas las noches, para comprobar que no han perdido ninguna!

Y otra cosa pesadisima debe ser el tener que decidir qué pata les conviene mover primero. ¡Yo creo que si tú tuvieras cuarenta o cincuenta pies y quisieras dar un paseo, tardarías tanto en decidir con qué pie ibas a empezar, que nunca darías el paseo!

¿Y de qué hablarían Alicia y la Oruga?

Bueno, Alicia le explicó lo desconcertante que era eso de andar cambiando de tamaño.

Y la Oruga le preguntó si le gustaba el tamaño que tenía en ese momento.

Y Alicia le respondió que le gustaría ser un poquitín más grande –¡Tres pulgadas es una estatura tan raquítica! (marca en la pared tres pulgadas, más o menos el largo de tu dedo corazón, y verás la estatura que tenía Alicia).

Y la Oruga le dijo que un lado de la seta le haría crecer, y el otro le haría menguar.

Así que Alicia cogió dos trozos de seta, y dándoles mordisquitos consiguió ponerse de un tamaño bastante adecuado antes de ir a visitar a la Duquesa.

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