Lewis Carroll: los fenómenos paranormales, la escritura automática, y las puertas a otras dimensiones

Lewos Carroll

Lewis Carroll: los fenómenos paranormales, la escritura
automática, y las puertas a otras dimensiones

Pocos conocen la verdadera identidad de Lewis Carroll, y muchos se asombrarán de saber que el autor de los libros de «Alicia» fue el profesor Charles Lutwidge Dodgson, matemático y diácono de la iglesia Anglicana. Utilizando el seudónimo de Lewis Carroll, el profesor Dodgson, desarrolló su obra más imaginativa, la que lo haría famoso en todo el mundo siendo traducida a varias lenguas.

Nacido en Daresbury (Cheshire), el 27 de Enero de 1832, pasó su infancia con sus padres y hermanos y fue este período, según su testimonio, el más feliz de su vida. Hasta los 12 años se educó en el seno de su familia, para luego asistir al colegio Richmond. Posteriormente ingresaría en el Public School de Rugby, según él, la época más desapacible de su vida. Finalmente se matricula en el colegio de Christ Church de la Universidad de Oxford donde residirá hasta su muerte.

Además de «Alicia en el país de las maravillas» y «A través del espejo y lo que Alicia encontró allí», publicó entre otras obras: el poema «La caza del Snark», la novela «Silvia y Bruno» y varios artículos y escritos sobre lógica. Pero dentro de su obra «los cuentos de Alicia», fueron los que marcaron un punto de inflexión en su vida. El primero «Alicia en el país de las maravillas» fue pensado como un juego, un relato mientras paseaba con la pequeña Alicia Liddell, la hija del decano de Oxford, sin saber su autor que este paseo cambiaría el destino de su vida. Aunque quizás este destino ya estaba conjurado. Así como para Ortega y Gasset el destino del hombre es el producto de la coincidencia de su época histórica (su clima moral) con el proyecto de hombre que uno ha de ser, nació este relato gracias a la conjunción de una época y un hombre especial. Ambos ingredientes fueron indispensables para la gestación de esta obra y su permanencia a través de los años. Este «clima moral» de la época victoriana, en conjunción con las circunstancias particulares en que nació y se crió Charles Dodgson, lo obligó (desafortunadamente para él, pero afortunadamente para todos los que disfrutarán de su obra) a escindir su personalidad en dos: por un lado el Diácono profesor de lógica de Christ Church, que mantenía su vida al resguardo del publico y evitando ser relacionado con el otro, el autor de los «sinsentidos» de «Alicia», el escritor Lewis Carroll.

¿Pero qué significan estos «sinsentidos»? Los libros de Alicia parecen ser una larga serie de ellos. El propio Carroll a través de la Duquesa nos advierte:

«Cuida el sentido, que los sonidos se cuidarán solos»

Parece una contradicción en una obra donde nada tiene sentido. Quizás ésta sea la clave del éxito. Todo su contenido está oculto o encubierto dentro de nuevas reglas y el saber descubrirlas es la clave. Todo lo pone en duda, desarticula la manera en que el lector acostumbra a razonar. Obliga a ver las situaciones desde puntos de vista completamente nuevos. El concepto de su obra es remover las estructuras lógicas del lector y a través del desconcierto, llevarlo a razonar de manera diferente. Según sus propias palabras:

«todo escritor está irreprochablemente capacitado para atribuir el significado que desee a toda palabra o frase que pretenda usar… Además, todo escritor puede adoptar sus propias reglas, siempre que sea constante en respetarlas y no contraríe con ellas los hechos aceptados de la lógica»

El claro ejemplo de esto es Humpty Dumpty, atribuyendo a las palabras el sentido acorde a sus necesidades:

Alicia

Cuando Alicia se acercó, vio que era Humpty Dumpty en persona.
Ilustración del Capítulo VI de Alicia a través del espejo,
diseño John Tenniel, xilografía por los hermanos Dalziels.

«When _I_ use a word,’ Humpty Dumpty said in rather a scornful tone, ‘it means just what I choose it to mean–neither more nor less.»

«Cuando_ yo_ uso una palabra, ‘ dijo Humpty Dumpty, en tono despreciativo’, esa palabra significa exactamente lo que yo elegí que signifique–Ni más ni menos.»

Además de su estilo simbólico y supuestamente ilógico, también podemos encontrar en su obra intuiciones geniales, como el manejo del tiempo con el que juega constantemente a través de sus personajes: el sombrerero o la reina blanca. O por ejemplo la terrible situación que Tweedledee planteó a Alicia: ella estaba siendo soñada por el rey Rojo y si éste despertara ella desaparecería. Pero, ¿no es Alicia la que sueña al Rey Rojo? Todas estas situaciones convierten a los libros de Alicia en citas obligadas en infinidad de obras.

Y mágicamente para potenciar todo lo anteriormente expuesto, aparece el dibujante inglés Sir John Tenniel, la clave para completar este gran «sinsentido», la representación de todo este mundo imaginario. Tenniel fue el creador de personajes de aspecto trágico y oscuro que perdurarían inseparables a la obra. A pesar de sucederle muchísimos ilustradores, desde Dalí hasta los dibujantes de Disney, los personajes de Tenniel nunca pudieron ser igualados, siendo sus representaciones la referencia inmediata para estos insólitos protagonistas.

Advertidos sobre el carácter simbólico de estos libros también es conveniente situarlos en su contexto histórico y social, y ver qué influencias directas encontramos en ellos. En la Inglaterra Victoriana se produjo gran interés por un grupo de fenómenos y teorías que gozaron de amplia difusión: la «Frenología» (1), el «Mesmerismo» (2) y el «Espiritismo» (3). Estas creencias fueron objeto de estudio en todos los ámbitos, desde la realeza hasta el más humilde de los obreros. Existen datos que mencionan a la misma reina Victoria concurriendo a sesiones de espiritismo. El mesmerismo y la frenología que eran motivo de discusión en las clases medias y altas, fueron objeto de curiosidad para doctores y cirujanos. El mismo Charles Dickens practicaba el mesmerismo con su esposa. El pueblo concurría a charlas informativas en clubes e instituciones donde podían acceder a algo de estas nuevas teorías. Lewis Carroll no pudo abstraerse a todo este movimiento y en varias partes de su obra se hace referencia a muchos fenómenos que, luego él declararía, fueron motivos de su preocupación y estudio.

A pesar de ser un profesor de lógica y matemática, se sintió atraído hacia estos fenómenos que confrontaban violentamente con su ciencia de estudio. Lo que hizo que se constituyera en socio fundador y participara por mucho tiempo de la Society for Psychical Research, entidad dedicada a investigar todo tipo de fenómenos inexplicables. Entre los varios episodios comentados por Carroll menciona, en una de sus cartas, que estando presente en su iglesia y desconociendo por completo el sermón que iba a pronunciar el ministro, súbitamente vino a su mente el nombre de dicho sermón, confirmándolo momentos después cuando el ministro comienza su lectura. Otro momento muy particular citado por Carroll es cuando se le presentó el verso:

«For the Snark *was* a Boojum, you see.»

«Porque el Snark era un Boojum, como ven.»

Siendo nada menos que el verso final de la última estrofa de su famoso poema «La caza del Snark», a partir de la cual elaboró el resto. Según sus palabras:

«Cuando paseaba sobre la ladera de una colina en un hermoso día de verano, se presento a mi mente un verso aislado. Aunque ignoraba su significado, lo anoté. Posteriormente al pasar tiempo fueron revelándose las partes restantes del poema».

Otra aparición sugestiva en la obra de Carroll es la mesa redonda de tres patas, mencionada en el capitulo I de «Alicia en el país de las maravillas».

«Suddenly she came upon a little three-legged table,
all made of solid glass; there was nothing on it
except a tiny golden key…
»

«De pronto se encontró ante una pequeña mesa
de tres patas, toda hecha de cristal sólido; sobre
ésta no había nada más que una pequeña llave de oro.
»

Alicia

Alicia se encontró ante una mesita de tres patas.
Ilustración del Capítulo I de Alicia en el país de
las maravillas, diseño John Tenniel,
xilografía por los hermanos Dalziels.

Esta mesa redonda, dibujada por Tenniel, evoca las mesas de tres patas utilizadas en las fiestas y reuniones de la época victoriana. Ellas eran empleadas como «mesas giratorias»; juego de moda en el cual los participantes la hacían levitar y girar y se comunicaban a través de un código de golpes con el otro mundo. Cabe mencionar otro fenómeno extraño citado en el encuentro de Alicia con la singular oruga fumadora, cuando al final del diálogo la oruga lee la mente de Alicia y le indica que si come pequeños trozos del «hongo» logrará cambiar de tamaño.

Más situaciones curiosas aparecen en «A través del espejo y lo que Alicia encontró allí». En el primer capítulo Alicia se encuentra con varias piezas de ajedrez que se mueven y hablan entre sí, pero éstas no la ven, pues ella no está en su misma realidad. Para que Alicia llegara a ser visible ante sus compañeros de juego fue necesario que atravesara varias fronteras. Primero de su mundo «el real» al mundo de los sueños; luego del mundo de los sueños al del espejo, en el que se introduce utilizando como puerta dimensional un espejo colgado en la pared. Esta situación fue excelentemente resuelta por el dibujante John Tenniel, quizás por sugerencia de Carroll, que no dejaba de hacer descripciones y acotaciones sobre cómo deberían ser los personajes, pues era muy riguroso con los detalles de sus libros y sobre todo en los diseños de los grabados. Tenniel plasmó la situación donde Alicia atraviesa el espejo, con dos grabados en la misma hoja pero en páginas opuestas, dando la sensación de que Alicia atraviesa el papel y se presenta del otro lado. Si se observan las iniciales de Tenniel en el primer grabado están al derecho, pero cuando Alicia aparece del otro lado se encuentran impresas en espejo.

Alicia

Alicia

Alicia atraviesa el espejo.
Ilustración del Capítulo I de
Alicia a través del espejo, diseño John Tenniel,
xilografía por los hermanos Dalziels.

Luego de atravesar el espejo ella percibe que está en un mundo con nuevas reglas. Descubre las diferencias con el «otro mundo» reconociendo partes de objetos que antes no eran visibles, como por ejemplo el reloj con la cara sonriente, o para su sorpresa un libro escrito en un lenguaje incomprensible. Posteriormente descubrirá su significado, cuando al colocarlo frente al espejo, éste le devuelve una imagen proveniente del mundo que acaba de dejar, perfectamente legible pero no comprensible aún para Alicia, pues del otro lado las cosas están al «derecho»:

YKCOWREBBAJ
sevot yhtils eht dna ,gillirb sawT’
ebaw eht ni elbmig dna eryg diD
,sevogorob eht erew ysmim llA
.ebargtuo shtar emom eht dnA

JABBERWOCKY
‘Twas brillig, and the slithy toves
Did gyre and gimble in the wabe;
All mimsy were the borogoves,
And the mome raths outgrabe.

(Primera estrofa del Jabberwocky)

Dentro del mundo del espejo Alicia descubre varios personajes, piezas de ajedrez que se mueven y hablan entre sí (posteriormente se sabrá que del otro lado del espejo, todo es una partida de ajedrez, donde sus personajes, incluida Alicia forman parte del juego). Alicia trata de comunicarse con ellas pero éstas no se enteran de su presencia, luego mueve por un extremo el lápiz con que el Rey rojo realiza sus anotaciones, pero el rey tampoco nota su presencia. El no se da cuenta que un ser de otra realidad es el que mueve el lápiz.

«The poor King looked puzzled and unhappy,
and struggled with the pencil for some time
without saying anything; but Alice
was too strong for him, and at last he
panted out, ‘My dear! I really MUST
get a thinner pencil. I can’t manage
this one a bit; it writes all manner
of things that I don’t intend–
»

«El pobre rey parecía confundido e infeliz
y enojado con el lápiz, permaneció
un tiempo sin decir nada; pero Alicia
era muy fuerte para él, y al final
suspiró: Mi Dios! Realmente necesito
un lápiz más fino. No puedo manejar
éste ni un poco, escribe toda clase
de cosas que no quiero
»

Alicia

Alicia sacude al rey rojo. Ilustración del
Capítulo I de Alicia a través del espejo,
diseño John Tenniel, xilografía
por los hermanos Dalziels.

Aquí encontramos otro de los fenómenos explícitamente mencionados por Carroll, el de la escritura automática, donde la voluntad que gobierna el lápiz no es la de la persona que lo sostiene sino de una fuerza externa, sobrenatural o la manifestación del subconsciente, pero que siempre es atribuido a una voluntad ajena a la persona que lo escribe. Alicia, que movía el lápiz del rey, no está visible para ellos, está en otra realidad, una realidad diferente a la realidad del juego. Esta será la última frontera que Alicia debe atravesar. Para Georg H. Gadamer (4), cuando jugamos vivimos una experiencia única, disparadora de muchas posibilidades, delimitadas únicamente por la imaginación y la fantasía generadas por el juego. Estamos abstraídos del espacio y el tiempo, imbuidos de un mecanismo propio que hace adaptar nuestra lógica a la del juego. Esto logra para sus participantes una desconexión de la realidad. El juego es un fin en sí mismo, no tiene un objetivo específico fuera de él. Según Gadamer «revela la realidad primigenia mostrando al mundo tal cual es». Quizás es por esto que cuando Alicia comprende algunas de las reglas del juego, puede entrar en su realidad y por lo tanto empieza a ser visible para el resto de los participantes y podrá comenzar a jugar.

Notas:

(1) Frenología: Teoría según la cual las aptitudes y funciones mentales del hombre se encuentran localizadas en zonas determinadas de su cerebro.
(2) Mesmerismo: método psicoterapéutico basado en la teoría del magnetismo animal.
(3) Espiritismo: Creencia que afirma la posibilidad de comunicarse con los espíritus de los muertos a través de un médium.
(4) Hans Georg Gadamer (1900 – 2002) Nacido en Marburgo (Alemania). Filósofo de formación humanística. En su principal obra «Verdad y Método» analiza las diferentes formas de entender.

Wayback Machine (ekraft.com.ar)

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