Gallina Fina
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—¡Dios nos asista! — exclamó Gallina
Fina. El cielo va a desplomarse. He de ir a decírselo al Rey.
Emprendió la marcha y al cabo de un rato encontró a Gallo Caballo.
—Buenos días Gallo Caballo — le dijo.
—Buenos días Gallina Fina — contestó Gallo Caballo. ¿A dónde te diriges tan temprano?
—Voy a decirle al Rey que el cielo amenaza ruina — dijo Gallina Fina.
—¿Quieres que te acompañe? — preguntó Gallo Caballo.
—Te lo agradecería contestó Gallina Fina.
Y Gallina Fina y Gallo Caballo fueron juntos a decir al Rey que el cielo amenazaba ruina. Anda que andarás, anda que andarás, encontraron a Pato Zapato.
—¿A dónde es la marcha, Gallina Fina-y Gallo Caballo? — preguntó Pato Zapato.
—¡Oh! Vamos a decir al Rey que el cielo amenaza ruina — contestaron Gallina Fina y Gallo Caballo.
—¿Queréis que os acompañe? — dijo Pato Zapato.
—Con mucho gusto — dijeron Gallina Fina y Gallo Caballo.
Y Gallina Fina, Gallo Caballo y Pato Zapato fueron juntos a decir al Rey que el cielo amenazaba ruina. Anda que andará, anda que andarás, encontraron a Oca bicoca.
—¿Adonde es la marcha. Gallina Fina, Gallo Caballo y Pato Zapato? — preguntó Oca-bicoca.
—¡Oh! Vamos a decir al Rey que el cielo amenaza ruina — contestaron Gallina Fina, Gallo Caballo y Pato Zapato.
—¿Queréis que os acompañe? — dijo Oca-bicoca.
—Con mucho gusto — dijeron Gallina Fina, Gallo Caballo y Pato Zapato.
Y Gallina Fina, Gallo Caballo, Pato Zapato y Oca-bicoca fueron a decir al Rey que el cielo amenazaba ruina. Anda que andarás, anda que andarás, encontraron al Pavo-centavo.
—¿Adonde es la marcha, Gallina Fina, Gallo Caballo, Pato Zapato y Oca-bicoca? — preguntó Pavo-centavo.
—;Oh! Vamos a decir al Rey que el cielo amenaza ruina — contestaron Gallina Fina, Gallo Caballo’ Pato Zapato y Oca-bicoca.
—¿Queréis que os acompañe? — dijo Pavo-centavo.
—Con mucho gusto — dijeron Gallina Fina, Gallo Caballo, Pato Zapato y Oca-bicoca.
—Y Gallina Fina, Gallo Caballo, Pato Zapato, Oca-bicoca y Pavo-centavo fueron juntos a decir al Rey que el cielo amenazaba ruina. Anda que andarás, anda que andarás, encontraron a Vulpeja-vieja.
—¿Adonde os dirigís tan temprano. Gallina Fina, Gallo Caballo, Pato Zapato. Oca-bicoca y Pavo-centavo? — preguntó Vulpeja-vieja.
A lo que contestaron Gallina Fina, Gallo Caballo, Pato Zapato, Oca-bicoca y Pavo-centavo que iban a decir al Rey que el cielo amenazaba ruina.
¡Bah! ¡Pero si no es este el camino que conduce al palacio del Rey, Gallina Fina, Gallo Caballo. Pato Zapato. Oca-bicoca y Pavo-centavo! — dijo Vulpeja Vieja. Yo sé el camino. ¿Queréis que os lo enseñe?
—Te lo agradeceríamos mucho Vulpeja-vieja — dijeron Gallina Fina, Gallo Caballo, Pato Zapato, Oca-bicoca y Pavo-centavo.
Y Gallina Fina, Gallo Caballo, Pato Zapato, Oca-bicoca, Pavo-centavo y Vulpeja-vieja fueron juntos a decir al Rey que el cielo amenazaba ruina. Anda que andarás, anda que andarás, llegaron por fin ante un agujero oscuro y angosto.
Era la entrada a la madriguera de Vulpeja-vieja. Pero ésta dijo a Gallina Fina, Gallo Caballo, Pato Zapato. Oca-bicoca y Pavo-centavo:
—Esto es un atajo que lleva al palacio del Rey. Llegaréis en seguida, si queréis seguirme. Yo entraré primero y después vosotros, Gallina Fina, Gallo Caballo, Pato Zapato, Oca-bicoca -y Pavo-centavo.
—¡Oh! con mucho gusto — dijeron Gallina Fina, Gallo Caballo, Pato Zapato, Oca-bicoca y Pavo-centavo.
Así, pues, Vulpeja-vieja entró la primera en su madriguera, pero no se alejó mucho, sino que dio media vuelta y esperó qué entrasen detrás de ella Gallina Fina, Gallo Caballo, Pato Zapato, Oca-bicoca y Pavo-centavo. El primero que entró fue Pavo-centavo, y apenas estuvo adentro, cuando «¡Ras!», Vulpeja-vieja le cortó el cuello. Después entró Oca-bicoca, y… «¡Ras!», Vulpeja-vieja le cortó el cuello y tiró el cadáver al lado de Pavo-centavo. Después entró Pato Zapato, y… «¡Ras!», fuera cabeza, y su cuerpo a formar montón con los de Pavo-centavo y Oca-bicoca. Y después entró Gallo Caballo, y… «¡Ras!» Vulpeja-vieja le dio una dentellada; pero para cortar la cabeza de Gallo Caballo se necesitaban dos mordiscos y, antes de recibir el segundo, Gallo Caballo pudo avisar a Gallina Fina, la cual dio medía vuelta y escapó corriendo con toda la rapidez que sus patas le permitían, sin que le quedaran más ganas de decir al Rey que el cielo amenazaba ruina.
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